Hay muchos pacientes que viven con dolor crónico, de hecho se estima que más del 17% de la población española sufre esta condición. Se considera que una persona sufre dolor crónico cuando tras una lesión persiste el dolor y se prolonga durante más de seis meses sin que se encuentre alivio ni con tratamientos médicos ni quirúrgicos.
Como fisioterapeutas entendemos que el dolor crónico debe abordarse desde todos los ámbitos posibles, incluidos los aspectos psicológicos de la enfermedad. De hecho, para realizar un tratamiento efectivo de esta «enfermedad», hay que valorar al paciente en su conjunto, tanto en el aspecto físico como psicológico.
Nuestros psicólogos nos cuentan cómo los pacientes con dolor crónico suelen «rumiar» ese dolor. Es decir, su cabeza se llenan de pensamientos negativos sobre el dolor que son improductivos, por su carácter negativo, repetitivos, prolongados pero sobre todo inútiles.
En este artículo nos explican de forma muy concreta y asequible cómo funciona la psicología del dolor crónico y cuáles son las estrategias para reconducir nuestros pensamientos. Saber cómo controlar la «rumiación» nos puede ayudar a estar más motivados, más enérgicos y como consecuencia veremos una mejora tanto en nuestro estado físico como psicológico.